El contar con un buen tamaño de mercado indica que la demanda de los productos y/o servicios que se ofrece, será mayor que en un mercado relativamente pequeño, además de la cercanía a otros mercados que se desee penetrar. 

Una de las grandes motivaciones es ahorrar costos al establecer una empresa, o parte de su sistema productivo, en un país en el que la fuerza laboral sea más barata en relación a los costos en los que se incurre en el país de origen y de otros países receptores potenciales, al mismo tiempo que esto permita mantener ciertos niveles de calidad. 

Dado que la IED es una alternativa para las exportaciones, el tipo de cambio real es bastante relevante. Ésta es una forma de protegerse contra el riesgo cambiario, siempre y cuando el comercio intra-firma no sea muy relevante. El tipo de cambio real está asociado a la competitividad de la moneda local. Entonces, re-exportar los bienes producidos en el país anfitrión se verán beneficiadas si es que el tipo de cambio real en dicho país se deprecia. Mientras, aquellas que necesiten importar, dadas las necesidades de su cadena productiva, se verán perjudicadas con una depreciación del tipo de cambio real. Lo opuesto sucedería con una apreciación del tipo de cambio real. 

La idea principal en este tema es cuán amigable es el ambiente que ofrece el país receptor hacia los negocios. Esto puede ser medido por la calidad de sus instituciones. Existe una estrecha relación con el riesgo-país.

Esta variable abarca aquellos determinantes que hacen más o menos riesgoso establecerse en un país. Se refiere a cambios inesperados en el marco legal y fiscal del país anfitrión (“reglas del juego”). Otras variables también incluidas son: la estabilidad macroeconómica, el riesgo social, natural, y el acceso a crédito. 

Comúnmente llamada “ubicación estratégica”. Se trata de la proximidad geográfica del país anfitrión a mercados a los que quiere penetrar, acceso a recursos naturales, mano de obra y otros factores que incrementen la eficiencia de los procesos productivos. 

Dependiendo del tipo de inversión (estrategia que se adopte) este determinante podría tener un impacto positivo o negativo en los flujos de IED. La existencia de altas barreras al comercio, incentivará a aquellas empresas que buscan evadir costos de exportación al servir al mercado local. Lo opuesto ocurre con las orientadas hacia la exportación. 

Se espera que mientras más recursos naturales posea un país, será un mejor candidato para que las inversiones estén dispuestas a expandirse mediante IED. 

Existen dos clases de crisis sobre las cuales se puede discutir. Una crisis local es aquella que afecta a un determinado país, por lo que sus consecuencias van a ser sufridas por el mismo, mientras que una crisis global o internacional es aquella que tiene un efecto de “contagio” a nivel internacional.