Operación de financiamiento.
Son préstamos a muy corto plazo, entre 7 a 120 días, garantizados por el Mercado de Valores. El colocador aporta el efectivo y al término del período establecido recibe el capital más los intereses correspondientes. El tomador recibe los fondos dejando títulos en el Mercado de Valores como garantía de repago. Cuando vence la caución, el colocador recibe los intereses y el capital pactados mientras que el tomador devuelve el préstamo más sus intereses y recupera sus títulos. Por lo que es un contrato que contempla dos operaciones simultáneas.
Al precio de venta de contado de los valores se le aplica un aforo (garantía) determinado por el Mercado de Valores. El aforo es un porcentaje que fija el límite de fondos que puede obtener el tomador a cambio de los títulos que entregó.
La caución no implica cambio de propiedad de los títulos sino su inmovilización por un tiempo determinado. Si durante la vigencia de la caución el título realiza pagos de dividendos u otros conceptos, el dueño original será quien goce de estos beneficios. Por lo que un inversor que cuenta con fondos líquidos puede prestarlos a cambio de valores y al vencimiento del plazo convenido obtener el dinero prestado más un rendimiento cierto (dado que interés se calcula al comienzo del contrato). Es un instrumento ideal para quienes busquen preservar el capital obteniendo rendimientos superiores al de otras alternativas similares.
Algunas ventajas de estos instrumentos son poder aplicar fondos líquidos a una operación de corto plazo que permite obtener una tasa de interés a cambio, que posibilita cubrir necesidades ocasionales de fondos, y que es una operación garantizada ya que cuando se realiza una operación de caución la garantía es el aforo que establece el Merval. La especie queda "caucionada" en un porcentaje hasta cubrir la cantidad de dinero que debe representar. La caución aportada se actualiza diariamente sobre la base de las cotizaciones de mercado y, en caso de faltantes, el operador debe reponer garantías.